sábado, mayo 23, 2009

la arteria central, el núcleo, el tronco cerebral de la vida creativa es el juego, no la corrección. El impulso de jugar es un instinto. Si no hay juego, no hay fuerza creativa. Si eres buena, no hay vida creativa. Si te sientas quietecita, no hay vida creativa. Si sólo hablas, piensas y actúas con discreción, habrá muy poco juego creativo. Cualquier grupo, sociedad, institución u organización que anime a la mujer a denostar lo excentrico; a recelar de lo nuevo e insólito; a evitar lo ardiente, lo vital, lo innovador; a despersonalizar lo personal, está pidiendo una cultura de mujeres muertas.

Clarissa Pinkola Estés Mujeres que corren con los lobos

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bellísimo el pasaje que han elegido del libro. La felicito